Estimado amigo,
Después de leer su misiva he repasado algunos de los textos escritos en esta página. Si bien es cierto que muchos de ellos (no todos) están envueltos en una atmósfera de tristeza, lo cierto es que debería usted fijarse en que eso no implica que los textos hayan sido escritos por personas tristes.
Escribir un texto triste es como llorar de alegría o masturbarse. Una lucha interior catárquica, posiblemente fruto de nuestra condición de animales sociales, pero que deja a quien lo escribe en un estado de calma y sosiego. Esto se debe a la creencia (falsa) de que uno ha podido escu(l)pir todo aquello que le inquietaba. Como un futbolista que escupe 10 cl de moco antes de entrar al campo.
No se tome, pues, demasiado en serio nuestros mocos. A veces somos felices a pesar de ellos.
Reciba mi más cordial saludo.
Uvedoble, perdona por no haberte venido a ver antes, he estado un poco liada.
Tienes razón, los pensamientos tristes o los sentimientos tristes no implican que seamos personas tristes.
Fantástico el remate de "Veinte conmigo": "Y tú, bueno, te dedicaste a dibujar corazones rotos.
Siempre te quise". Aún me cuesta recuperar el aliento.
Prometo venir a verte más a menudo.
Un beso,
Letras Huecas